Son tantas las leyendas que hay en La Peza, que me siento obligada a recopilarlas en este blog, para que no queden olvidadas ni se las lleve el viento. Asi, que como cuando era niña, cada noche encendere la chimenea y a su calor contare a todos los que quieran escuchar, aquellas historias, mitos y leyendas que una vez me contaron a mi.

18 de noviembre de 2009

el arbol de Lapeza



Contaba la aguela que su primo cura estaba preocupado y entre roscos de vino y copitas de anis, le oia quejarse amargamene al medico de Lapeza: "vosotros los de Lapeza, creeis que no necesitais intermediarios para hablar con Dios, y van y te lo dicen tan tranquilos, Padre, yo para hablar con Dios no necesito a nadie ni curas, ni obispos ni na de na, me pongo a rezar y ya esta..."
El medico le respondia: "Padre no se preocupe, esto son cosas de los tiempos modernos"
Entonces le interrumpia:" de tiempos modernos nada, porque esto ya pasaba con los cataros en el siglo once y se acabo con ellos en el año 1209. No se como hemos consentido que este pueblo se llene de "cagotas". Mas misas es lo que necesitan y menos bailes"

Y despues de dar un sorbo al anis, añadia:" y para colmo de males, existen adoradores de una cabeza que fue el fin de los templarios. No lo entiendo". El medico respondia con la copa en la mano: "Ni yo tampoco"

"Y luego esta eso del Morollon, del moro lloron o del moro John, como quieran llamarlo. Es que no hay quien los entienda y para colmo los jovenes prefieren reunirse debajo de esa noguera de la parata de Rapao de Lapeza. Ese arbol magico hay que arracarlo de raiz , cortarlo y quemar su leña en una hoguera de San Anton.


Siempre quemando.